Carta a unos papás.
Lo primero que quiero deciros es que entiendo perfectamente que estéis desbordados. Cuando creemos que hemos puesto todo de nuestra parte y nuestro hijo sigue comportándose igual, es normal desesperar. Pero tranquilos, el comportamiento de vuestro hijo, no sólo tiene explicación sino que además tiene solución y por ello será algo temporal. Habéis hecho muy bien en seguir buscando y preguntando, pues eso significa que confiáis en él y en que su intención no es haceros sufrir, sino más bien expresar que algo va mal en su interior y necesita que le ayudemos. Por ello, vamos a intentar entender qué puede estar pasando a vuestro pequeño.
Para empezar, tenemos que tener en cuenta que hay aún algunas zonas de su cerebro sin desarrollar que son precisamente las que nos ayudan a controlarnos a nosotros mismo. Es por eso que aun le cuesta evitar dejarse llevar por sus impulsos. Además, hasta los 5 ó 6 años, es normal que se muestre algo agresivo cuando se quiere oponer a algo, pues irá aprendiendo poco a poco a expresarse con mayor facilidad de manera verbal. Aun no sabe poner palabras a su malestar.
Es probable, por tanto, que con su conducta nos esté diciendo que no está de acuerdo con algo, que no le gusta o que se siente mal. En este caso, me atrevo a hipotetizar que tiene mucho que ver con la llegada de su hermanita hace tan solo un mes, pues él siente que le ha «destronado». Además, con 3 añitos, justo empieza a integrar a papá, es decir, comienza a asimilar que no está él sólo con mamá, sino que tiene que compartirla y hay situaciones de las que está excluido. Por ello, necesita que seamos pacientes, pues en su caso está integrando a los dos al tiempo: a su papá y a su hermanita. Sería bueno por ello que tuviera algún rato con mamá y que tuviera espacio para mostrar su enfado o desacuerdo, siempre que no sea haciéndose daño, haciendo daño a otro o rompiendo algo que no esté ahí para ser roto.
Por último, es muy probable que él sea consciente de que no actúa bien y que vosotros no estáis contentos, por lo que se sentirá mal consigo mismo y pensará que hay algo malo en él. Es decir, que su autoestima no estará muy alta. De ahí que le dé igual que le castiguen o le quiten los juguetes, ¡total se siente igual de mal! Vamos a tratar de encontrar cosas positivas en él y momentos en donde podamos hacérselo saber. Cuando estamos tan desesperados, es normal que nos cueste, pero será muy reconfortante para todos, recordar las muchas cosas que os gustan de él.
Le ponemos límites pero no le dejamos de demostrar nuestro amor. Ahora más que nunca nuestra máxima tiene que ser: “Quiéreme cuando menos lo merezca, que será cuando más lo necesite”.
Un abrazo.
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