«Cosas que tendrías que pensar antes de hacerlas y decirlas» Conferencia de Francisco Imbernon
Continuamos con las ‘Jornadas de psicología educativa, neurociencias y emoción’ del pasado 21 de octubre. Hoy cambiamos de ponencia. Vamos a compartir con vosotros algunas de las frases que el pedagogo Imbernon, nos citó como frases a evitar para no dañar a nuestros hijos e hijas.
Imbernon explica que, por supuesto, no pasa nada porque alguna vez se hayan dicho o se nos puedan «escapar». Se trata, más bien, de darse cuenta de que el lenguaje no es inocuo y que las expresiones que referimos a nuestros pequeños, pueden condicionar mucho su autoestima, su identidad y su estado emocional. Lo dañino es, por tanto, que estas frases sean habituales hacia nuestros hijos.
«No llores»
Le hacemos creer que llorar está mal, que expresar las emociones no es correcto o bueno y, de esta manera, bloqueamos su expresión emocional causándole muchos más daños.
«Así no llegarás a ninguna parte»
Expresiones como ésta dañan su autoestima y crean en ellos/as inseguridad y miedo a enfrentar nuevos retos.
«Tienes que aprender de …» (comparar)
Con esta frase le estás trasmitiendo que deseas que sea diferente, que no está bien como es. Hay que tener en cuenta que cada niño/a tiene su propio ritmo de maduración; cada niño/a es especial.
«Eres un mentiroso»
Este tipo de afirmaciones que etiquetan, hacen que un hecho puntual sea marcado como una tendencia habitual que podría condicionar su personalidad.
«Cada día te comportas peor»
Mensajes negativos así, van dañando poco a poco su autoestima. Es más, si se repiten mucho, el efecto pedagógico que tienen es el contrario del que queremos: acaban aceptando ese rol y se refuerza la conducta.
«Se lo diré a tu madre/padre»
Esto tendrá un efecto negativo doble: para el niño/a, pues se le está trasmitiendo que uno de sus dos figuras es mala, y para ti mismo, porque socava tu propia autoridad como padre/madre.
«No hagas preguntas tontas»
Afirmaciones así, minan su curiosidad y su interés por saber o aprender. Es más, provoca que valoren menos su capacidad de pensar o razonar, pues tú no la valoras.
«Ahora mismo, o ya verás»
Estas frases en forma de amenaza provocan miedo en el niño/a y no le dan espacio a equivocarse o cometer un error, del que posiblemente pueda aprender mucho más.
¿Empezamos a practicar? ¡Nosotros os ayudamos!
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