El pasado 19 de febrero, el programa Salvados, emitió un capítulo titulado “Conectados”. En él nos abrían una reflexión muy interesante sobre el uso que hacemos de nuestros teléfonos móviles. En mi caso, como imagino que en el de muchos, me resultó un tanto inquietante observar cómo hemos pasado de vivir sin móviles a no poder vivir sin ellos, en escasos 10 ó 15 años. Y es que aunque para las generaciones jóvenes el teléfono móvil es algo con lo que nacieron, muchos de nosotros podemos acordarnos con facilidad cómo fue nuestro primer móvil y cómo hacíamos antes para estar comunicados sin él.
No es mi intención repetir aquí el contenido del programa pues, como es costumbre en Jordi y su equipo, ellos supieron tratar el tema con gran profesionalidad. No entraré, por tanto, a debatir hasta qué punto somos los padres responsables de que los adolescentes estén permanentemente conectados, a qué edad es oportuno tener el primer móvil o cuáles son los síntomas de esta «adicción», pues como digo, merece la pena emplear una hora de tu tiempo en ver este programa y reflexionar con ellos sobre el tema.
Como opino que todos, unos más y otros menos, tenemos una cierta dependencia de este aparato, he decidido ayudaros a desintoxicarnos un poco de él. A continuación os propongo algunas ideas para que pongáis en práctica:
- No uses tu móvil de despertador, evitarás que sea lo último que haces al acostarte y lo primero al levantarte por la mañana.
- Apágalo por las noches, al acostarte, y enciéndelo cuando ya estés preparado para salir de casa a trabajar o a hacer lo que tengas que hacer: tu actividad «pública» comenzará en ese momento.
- Si lo utilizas para trabajar, establece unos horarios para responder y contestar llamadas y/o whatsapps, de manera que no tengas que estar disponible todo el día, ni revisando el móvil a todas horas.
- Cuando quedes con alguien, desconecta los datos para que te entren las llamadas (por si hay algún aviso urgente) pero no aparezcan notificaciones y puedas estar más presente en la conversación con tu amig@.
- Deja el móvil fuera de la cocina o del comedor cuando estés comiendo, evitarás la tentación de mirarlo y fomentarás el dialogo en familia o en pareja.
- Busca algún momento del día, o al menos de la semana, en el que dejes el móvil en casa, de modo que estés un rato «incomunicado» haciendo alguna actividad que te gusta: salir a hacer deporte, leer en un parque, ir de compras o pasear. (Avisa antes a quién creas conveniente para quedarte tranquil@)
- Trata de no usar más de un aparato electrónico a la vez. Cuando estés viendo la televisión, no estés con el móvil. Cuando estés con la tablet, no estés con la televisión. Te ayudará a estar más presente en cada cosa que haces.
- En vez de actualizarte con tus amig@s por el chat de whatsapp, proponte llamarlos más a menudo, ¡especialmente a los que no ves habitualmente!
- Restringe tus entras a las redes sociales en un número limitado (por ejemplo 2-3), de manera que no pases tus “ratos muertos” conectad@, sino aprovechando para hacer todas aquellas cosas que siempre tienes ganas de empezar.
- Pon teléfono fijo en casa (normalmente está incluido en las tarifas) y haz que tus hijos contesten a las llamadas y llamen a otros fijos preguntando por quién buscan, lo necesitan para poner en práctica sus habilidades sociales.
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